2016-10-18
Pues ya se ha cumplido un mes en Calgary. El tiempo pasa volando.
Afortunadamente, gracias a una afortunadísima casualidad, ya tengo asignada una clase como tutor. Es una gran diferencia. Aunque hay gente que prefiere hacer sustituciones, porque tienes menos responsabilidad y te vas antes a casa, a mí me parece muy importante tener la posibilidad de "ser uno mismo" en clase. Para eso es necesario tener continuidad. En mi opinión, una clase sólo puede estar bien programada si se ha tenido en cuenta a los alumnos con los que se está trabajando en concreto. Es la principal razón por la que hace años que no uso libro de texto.
Hablando de libros de texto, una de las cosas que más me atraían del sistema canadiense es que, según había leído, se usaban los libros cada vez menos. Por lo que he visto este mes, esto no es exactamente así. Si bien es verdad que se apoya mucho el trabajo por proyectos, no veo que esté ampliamente implantado. Es verdad que muchos profesores han dejado de usar el libro como sistema, pero los centros pagan subscripciones a editoriales por programas de lectura, de aprendizaje de matemáticas, etc. Al final es lo mismo. No usar libros por religión, sin razonarlo, es igual de malo que usarlos por religión. Lo malo no es el libro, es la pedagogía o la no pedagogía que hay detrás.
Los proyectos más amplios, tal y como yo los programaba antes, que abarcan varias asignaturas y pueden ocupar durante toda una semana o más todo el tiempo lectivo, con actividades multidisciplinares, a lo John Dewey, no son muy frecuentes.
Está claro que la educación sólo cambia cuando los profesores la cambian, por eso me cansa tanto la gente que emplea toda su energía tratando de convencer de esto o de esto otro a los políticos. Hay que convencer a los profesores!