2016-10-05
Después de unos días en Calgary, ya me voy acostumbrando a la forma de funcionar del tren, del autobús, etc. En general funciona como aquí, pero el otro día me pasó algo que curioso que nunca esperaría en España. Se conoce que el conductor iba sobrado de tiempo, y ni corto ni perezoso, en una parada se bajó con el motor en marcha y cambió de sitio su coche, que estaba a unos pocos metros. Un rato después, por si eso no fuera suficiente, se volvió a bajar con el motor en marcha y entró en un seven eleven a comprar unos pátanos y un café!!. Creo que en algunas otras ciudades se hubiese quedado sin autobús.
Otro curioso comportamiento que me sucedió estos días fue en un restaurante. Al entrar, nos preguntaron cuántos éramos. Éramos nueve. Ante esta respuesta, nos dijo la camarera que nos tenía que cobrar el 18% más por ser más de seis. Ante esto le dijimos que en ese caso nos sentase a cuatro en una mesa y cinco en otra. Sin dudarlo, nos contestó que como ya sabía que íbamos juntos ya no nos podíamos separar!. Insólito.